VALLE DEL ALBERCHE Y TIERRA DE PINARES
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Algunos de los enclaves ecológicos más importantes de la provincia se enmarcan en esta zona; es el caso del Pinar de Hoyocasero, de suma importancia botánica, del Castañar del Tiemblo y del Valle de Iruelas, declarado Reserva Natural en 1997 y zona de especial protección para las aves (ZEPA). Goza el Valle de Iruelas de una de las mayores poblaciones de Buitre Negro de Europa, así como de gran variedad de flora y fauna, también cuenta con un Centro de Interpretación de la Naturaleza, con un importante núcleo de Turismo Rural y con camping. Otra zona ZEPA encontramos en la misma comarca en la localidad de Hoyo de Pinares.
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Mención especial merece la gastronomía: productos autóctonos tradicionalmente cocinados según el austero carácter castellano: judías (verdes, secas, judiones), patatas, las carnes de vacuno, cochinillo, cordero y cabritillo, cerezas, manzanas, los muy famosos Melocotones del Alberche, destacan por su frescura y sabor. Hay que añadir que dichos alimentos se producen, la mayoría de las veces, de forma tradicional. Pero para que se degusten de verdad deberán regarse con los caldos que ofrece la comarca: los vinos de Cebreros.
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Durante los meses estivales estos pueblos celebran sus tradicionales fiestas de verano –generalmente en torno a la Virgen de Agosto y la Virgen de Septiembre–, llenas de bullicio y animación, sin embarago, haya fiestas o no, no faltan atracciones y eventos veraniegos (actuaciones culturales y musicales, cines de verano, terrazas, discotecas al aire libre...) todo para que la noche se convierta en el perfecto colofón de días intensos.
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Para completar tal amalgama de ocio y de naturaleza, esta comarca se nutre de manifestaciones artísticas, reflejo de su Historia. La huella de Isabel la Católica y de su hermano Enrique IV de Trastamara se dejan ver en el Tiemblo, en los famosos toros de Guisando (figuras zoomorfas de origen celta). En Cebreros encontramos el convento de los Jerónimos, (donde tuvo sede el Santo Oficio de la Inquisición). Cebreros gozó de gran desarrollo en el S. XVI al ser zona de paso del camino imperial Toledo-Valladolid de viajeros y ganado. Y ya que estamos en Cebreros, hay que mencionar sus celebérrimos carnavales, que la villa mantuvo incluso en época de prohibición. Poderío y abolengo muestra Las Navas del Marqués, que cuenta también con un verdadero lujo turístico: el complejo señorial de la Ciudad Ducal (agua y centenarios pinares). Historia y arte en la sorprendente Abadía de Burgohondo. Pero estos son sólo unos ejemplos, el Arte y el encanto se desparrama por todos y cada uno de sus pueblos (Navarrrevisca, Serranillos, Navaluenga... por citar algunos), que se deben descubrir y visitar, porque el carácter hospitalario y agradable de sus gentes harán sentir al turista mejor que en su propia casa.
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Valle del Tiétar... [+] |
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