VALLE DEL TIéTAR
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Situado en la parte más meridional de la provincia, se extiende de este a oeste al abrigo de esa gran barrera montañosa que es Gredos, su altitud media es de 400 m. Sobre el nivel del mar. Sus tierras lindan con Madrid, con Toledo y con Cáceres. Su clima es suave y generoso, subtropical incluso en algunos puntos, sus suelos muy fértiles, sus cultivos variados y variopintos (olivos, madroños, cerezos, castaños, higueras, pinares, naranjos, sandías, espárragos...), su fauna abundante (abejaruco, cigüeña negra, grulla, reptiles, cabras...) sus gentes hospitalarias y alegres, sus pueblos increíblemente bellos, sus paisajes deslumbrantes. Quizá por todo ello, por la abundante oferta de casas rurales y camping, y también por la proximidad a Madrid, el valle del Tiétar es un importante centro de interés turístico, lugar ya conocido y elegido por muchos para pasar gratos días, ya que es posible el descanso, el entretenimiento y la diversión. Las actividades para ocupar el tiempo libre son muchas y variadas: piragüismo, senderismo, rutas a caballo, bici de montaña, chapuzones en la cantidad de charcas cristalinas que ofrece el río (muchas casi desiertas, casi vírgenes, casi por descubrir) o en cualquiera de las piscinas naturales que ornamentan la zona.
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En “la Andalucía o la Extremadura de Ávila”, denominación con la que es conocido el valle, casi todo es posible; desde visitar un atípico museo de la miel, en Poyales del Hoyo, hasta contemplar las aves que surcan los cielos de la Adrada, (clasificada como Zona especial de protección para las aves “ZEPA”).
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Si hablamos de Gastronomía afirmamos que no faltan los buenos manjares (dada la abundancia de cultivos, de flora y de fauna), con lo mejor de la cocina castellana y lo mejor de la cocina extremeña. En los numerosos mesones y restaurantes que se extienden por el valle es posible saborear el cabrito y las migas extremeñas, pero también el cochinillo, los chuletones de ternera, los deliciosos quesos de cabra del Tiétar, de la Adrada y Candeleda, las generosas ensaladas, aliñadas con excelente aceite de oliva, las patatas al calderillo rehogadas con el pimentón de Candeleda, los espárragos de Lanzahita, las mejores frutas para el postre, miel de Poyales para endulzar el paladar, todo ello, por supuesto, regado con los mejores caldos.
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Es el valle del Tiétar muy cosmopolita, y junto con las gentes que allí nacieron conviven personas que eligieron distintos puntos del valle para fijar su residencia, gentes en busca de paz, tranquilidad y naturaleza. El resultado es un atractivo mosaico de personajes que se dedican a las más distintas tareas. Por ello actividades artesanales (el cuero, la madera) y culturales (música, teatro, talleres literarios y de todo tipo) insospechadas en otros lugares son frecuentes y abundantes en el valle. Todo sin olvidar la también proliferación de locales nocturnos (muchos de ellos de verano: terrazas y discotecas al aire libre) para charlar, bailar y divertirse. El valle del Tiétar ofrece diversión y recreo para todos los sentidos durante el día y durante la noche, oferta que se multiplica cuando alguna de las localidades celebra sus fiestas estivales, en estas ocasiones es frecuente asistir a eventos culturales o musicales de interés nacional.
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Además de todo lo reseñado, la Andalucía de Ávila es también Arte e Historia. Arenas de San Pedro, la capital de la comarca, es un buen ejemplo. Lugar de residencia del infante Luis de Borbón (hermano de Carlos III), la villa conserva su palacio, como conserva el castillo de la Triste Condesa (lugar destinado actualmente a eventos culturales, artísticos y cine de verano). En Mombeltrán se conserva el impresionante y bello castillo de don Beltrán de la Cueva, con su hermosa historia que casi roza la leyenda. Castillo impresionante también el de la Adrada, y no menos impresionantes el castro celta de El Raso, por citar tan solo unos destacados ejemplos.
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